viernes, 29 de julio de 2022

UN TESORO EN VASIJAS DE BARRO

CONSEJOS EVANGÉLICOS,

VOTOS RELIGIOSOS.

“Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea bien que ese poder extraordinario procede de Dios y no de nosotros”. 2 de Corintios 4, 7.


 ---"𝑼𝒏 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛ó𝒏 𝒊𝒏𝒅𝒊𝒗𝒊𝒔𝒐"---

Hablemos de la CASTIDAD con parresia y NO como un tema licencioso o de tabú y que se piensa muchas veces que es un tema únicamente para sacerdotes o religiosos célibes. La vivencia de la castidad es para todas y todos, ya sea en la vida matrimonial, la experiencia de vivir soltero(a) y sobretodo para aquellos que ejercen el sacerdocio o hacen parte de una comunidad religiosa.

Decir todo y sin miedo, propio de la parresia, es asumir que somos seres humanos naturalmente sexuados, que existe la atracción por el otro sexo, que habita en nosotros el “fuego del amor” en sus expresiones múltiples. Solo cuando se llega a comprender lo valioso que es la química de nuestro cuerpo lejos del tabú social, cuando veamos la necesidad de integrar nuestras dinámicas sexuales y cuando nuestras relaciones afectivas se generan por amor y sin divisiones… llegaremos a entender que el camino de la castidad es para todos y todas. 

Lo que cambia es la diferencia de la castidad con el celibato. Como consagrados a la vida religiosa hacemos el voto de castidad en celibato. La sociedad de hoy espera que el ser humano siga su natural metamorfosis, que es nacer, crecer, reproducirse y morir. Sin embargo, hay personas que por opciones voluntarias desean una vida sin descendencia, no porque sean egoístas sino porque quieren donar su vida para otro tipo de misión. Ya en la época de Jesús era un misterio el celibato, “Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, hay eunucos hechos eunucos por los hombres y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por el reino de los cielos. El que pueda entender que lo entienda”. 𝐌𝐚𝐭𝐞𝐨 𝟏𝟗𝟏𝟐.

---𝑫𝒊𝒔𝒑𝒐𝒏𝒊𝒃𝒊𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒊𝒕𝒊𝒏𝒆𝒓𝒂𝒏𝒕𝒆---

Pensemos en la OBEDIENCIA. Cuantas veces el día a día nos lleva a tomar decisiones para conseguir algo que deseamos, decisiones para satisfacer nuestras necesidades o simplemente procedemos a ciertos gustos porque nos nace hacerlo. Vivir en obediencia es más que seguir ideales propios o ideales de grupos diluidos. Es un proceso que necesita tiempo para entrar en discernimiento y escuchar la voluntad de Dios, siendo capaces de renovar nuestras acciones personales afinando nuestras decisiones en comunidad.

El caminar “obediente”, ayuda a ver la pluralidad de ideales, a reconocer la responsabilidad de nuestros actos, a entrar en diálogo común y así no caer fácilmente en miradas verticales e intransigentes que no permiten hacer caminos auténticos.

A veces, escuchamos que somos responsables de nuestros propios actos y podemos preguntarnos, ¿qué es lo que realmente quiere nuestra mente y corazón? Si nos cuestionamos, es ahí cuando entramos a la fase del discernimiento que, a través de la contemplación, la disponibilidad y el silencio, facilitan la toma de nuestros actos. Las constituciones, los estatutos y la Regla de Vida, hacen parte de la vida consagrada y NO verlas como “leyes” que se deben cumplirlas, sino que estas son para vivirlas libremente, entendiendo que emanan del evangelio anunciado por Jesús de Nazaret.

---𝑽𝒊𝒗𝒊𝒓 𝒖𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒌é𝒏𝒐𝒔𝒊𝒔---

Le llaman POBREZA. Una idea que puede llevarnos a polarizar el estilo de vida material que existe en la sociedad, "los que tienen" y "los que NO tienen". Un peligro que nubla el amor unitario y el encuentro con la diferencia.

Los afortunados que han elegido ser "pobres" en el espíritu, los lleva a tomar un camino sencillo y humilde. Vivir un nuevo kénosis no se trata únicamente de ser íntegros con los bienes materiales sino propiciar estilos de vida sencillos, lejanos del consumismo y de la "cultura del derroche". Consiste en comprometerse con el mundo natural y humano, velar por la justicia, estar en salida itinerante y propiciar encuentros que nos lleve a ser plenamente UNO.

¡Ojo! Vivir el voto de pobreza implica discernimiento. Ser sencillo y humilde no es sinónimo de vivir "relajado". A veces confundimos el voto con la expresión "no tener nada" y llegamos al descuido personal y comunitario. El ponerse el delantal o el subir las mangas de la camisa hasta el codo, requiere de trabajo e innovación y no vivir miserablemente.

Hno. Michael Alexander Anamá, fms. 

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